DECRETO 682 DE 2001

Decretos 2001

DECRETO 682  DE 2001    

(abril 16)    

por el cual se  adopta el Plan Nacional de Formación y Capacitación de Servidores Públicos.    

Nota 1:  Derogado por el Decreto 4665 de 2007,  artículo 3º.    

Nota 2:  Modificado parcialmente por el Decreto 2740 de 2001.    

El Presidente de la República  de Colombia, en uso de sus facultades constitucionales y legales y en especial  las conferidas por el artículo 3° literal b) del Decreto ley 1567  de 1998, y    

CONSIDERANDO:    

De acuerdo con lo establecido  en el Decreto ley 1567  de 1998, corresponde al Gobierno Nacional, mediante el Plan Nacional de Formación  y Capacitación, orientar la formulación de los planes institucionales que deben  elaborar las entidades públicas.    

Corresponde al Departamento  Administrativo de la Función Pública formular y actualizar el Plan Nacional de  Capacitación, conjuntamente con la Escuela de Administración Pública.    

Mediante documento del 6 de  abril de 2001, el Director del Departamento Administrativo de la Función  Pública y el Director de la Escuela Superior de Administración Pública  formularon el Plan Nacional de Formación y Capacitación.    

Teniendo en cuenta lo anterior,    

DECRETA:    

Artículo 1°. Adoptar el Plan  Nacional de Formación y Capacitación formulado por el Departamento  Administrativo de la Función Pública y la Escuela Superior de la Administración  Pública, ESAP, a que hace referencia la parte motiva de este decreto, y del  cual hace parte integral.    

Artículo 2°. El presente decreto  rige a partir de la fecha de publicación.    

Publíquese y cúmplase.    

Dado en Bogotá, D. C., a 16 de  abril de 2001.    

ANDRES  PASTRANA ARANGO    

El Director Departamento  Administrativo de la Función Pública,    

Mauricio Zuluaga Ruiz.    

PLAN NACIONAL DE FORMACION Y  CAPACITACION    

DIRECCION DE POLITICAS DE  ADMINISTRACION PUBLICA    

DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE  LA FUNCION PUBLICA    

Mauricio Zuluaga Ruiz    

Director    

María Patricia Baraya Díaz    

Subdirectora    

Gilberto Giraldo Buitrago    

Director de Políticas de  Administración Pública    

Hernando Henao Moreno    

Director de Políticas de  Desarrollo Administrativo    

Jorge Ignacio Montoya Moreno    

Director de Desarrollo  Organizacional    

María del Consuelo Arias Prieto    

Directora de Políticas de  Control Interno Estatal y Racionalización de Trámites    

Patricio Gaviria Patiño    

Jefe Oficina Jurídica    

Darío Chaúr González    

Jefe Oficina de Planeación    

Guillermo Aristizábal Garzón    

Jefe Oficina de Control Interno    

Jorge Arango Arredondo    

Jefe Oficina de Sistemas de  Información    

ESCUELA SUPERIOR DE  ADMINISTRACION PUBLICA, ESAP    

Ricardo Schembri Carrasquilla    

Director    

PLAN NACIONAL DE FORMACION Y  CAPACITACION    

TABLA DE CONTENIDO    

PRESENTACION    

1. FORMACION Y CAPACITACION  PARA EL ESTADO QUE QUEREMOS    

2. LINEAS DE POLITICA Y  ESTRATEGIAS    

Una gestión pública eficiente y  eficaz    

Estrategia: mejoramiento de  competencias laborales    

Una gestión pública  transparente    

Estrategia: un servidor íntegro    

Un Estado democrático y participativo    

Estrategia: participación  ciudadana    

3. PROGRAMAS DE FORMACION Y  CAPACITACION    

Programas generales    

Programas específicos de las  entidades    

Areas temáticas prioritarias    

4. IMPLEMENTACION DEL PLAN  NACIONAL DE FORMACION Y CAPACI-TACION    

Organismos y entidades    

Mecanismos de coordinación,  cooperación, asesoría, seguimiento y control    

ANEXOS    

Entidades y escuelas públicas  de formación y capacitación    

Glosario    

PRESENTACION    

El presente Plan Nacional de  Formación y Capacitación está concebido como una política gubernamental en  construcción permanente, a través de la cual se busca orientar los procesos de  formación y capacitación de los servidores públicos hacia el fortalecimiento y  potenciación, tanto de sus habilidades y destrezas, como de sus valores y  actitudes, con el propósito de hacerlos cada vez más competentes en el  ejercicio de sus labores y comprometidos con su crecimiento y desarrollo  personal, aspectos éstos que redundarán en el logro del Estado que queremos.    

El Plan se propone viabilizar  el Estado previsto en la Constitución de 1991, en relación con el papel  cardinal que está llamado a cumplir el servidor público como actor clave de la  Administración. En cuanto a los componentes propios del Sistema Nacional de  Formación y Capacitación del servidor público guarda armonía con las  directrices del Decreto 1567 de 1998  y con los lineamientos del Sistema de Desarrollo Administrativo previsto en la Ley 489 de 1998. Al  mismo tiempo, retoma los principios del Plan Nacional de Desarrollo “Cambio  para construir la paz” sobre un Estado participativo en lo que trasciende  como política de Estado, con la opción de asumir estrategias de los posteriores  planes en un proceso de administración permanente.    

Conservando esa visión de  Estado, y con base en los elementos conceptuales propios de los procesos de  formación y capacitación, se determinan las políticas y estrategias del Plan  Nacional que orienta a las entidades de la Rama Ejecutiva del orden nacional y  territorial, en la formulación y ejecución de sus programas anuales.    

El contenido, desarrollo y  aplicación de los programas de formación y capacitación que formulen las  entidades guardarán armonía con los aspectos de la ley de carrera  administrativa en los temas concernientes, en particular en lo que respecta a  la evaluación del desempeño, la definición de los estímulos para reconocer la  labor del servidor público y la determinación de los mecanismos de promoción.    

En consonancia con lo ordenado  en el Decreto 1567 de 1998,  a través de este Plan se formulan las políticas y estrategias que, en  materia de formación y capacitación, deben tener en cuenta las entidades  públicas para la formulación de sus programas específicos en la materia.  Igualmente, se establecen los mecanismos para su implementación.    

Para la elaborac ión del Plan  Nacional de Formación y Capacitación, el Departamento Administrativo de la  Función Pública y la Escuela Superior de Administración Pública contaron con la  colaboración permanente del Programa Presidencial de Lucha contra la Corrupción  y del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, y con el apoyo del Departamento  Nacional de Planeación, de la Consejería Presidencial para la Convivencia y  Seguridad Ciudadana y de la Agenda de Conectividad del Ministerio de  Comunicaciones.    

Igualmente, con el propósito de  profundizar en el conocimiento de la problemática en el tema de la formación y  capacitación del servidor público y de abrir espacios para su participación,  dentro del proceso de construcción de éste Plan, convocaron y contaron con la  participación de jefes de unidades de personal y coordinadores de la gestión de  capacitación en las entidades, de los delegados en los diferentes comités que  conforman la Red Interinstitucional de Apoyo a la Formación y a la  Capacitación, de los directores de diferentes escuelas de capacitación: así  como de los delegados en los comités de los diferentes sectores  administrativos.    

De la misma manera, se  recibieron importantes apreciaciones y aportes de parte de Fenaltrase, Futec,  Utradec y Sindes, Federaciones Estatales que agremian a diferentes asociaciones  sindicales, las cuales participaron de manera activa haciendo reveladores  aportes y facilitando la dinámica durante el proceso de construcción del  mencionado documento.    

El Director Departamento  Administrativo de la Función Pública,    

Mauricio Zuluaga Ruiz.    

El Director Escuela Superior de  Administración Pública,    

Ricardo Schembri Carrasquilla.    

Abril 6 de 2001    

CAPITULO 1    

La formación y la capacitación  para el Estado que queremos    

Marco conceptual    

Hace una década Colombia  decidió a través del múltiples y diversos representantes de la sociedad el nuevo  modelo de Estado. Ese nuevo pacto social plasmado en la Constitución Política  de 1991 representa el interés ciudadano que dispone la existencia de un Estado  unitario, pluralista, democrático, participativo y descentralizado, orientado  al cumplimiento de fines esenciales para garantizar el bienestar general.    

Ese Estado que queremos  expresado por las fuerzas vivas del país, debe ser dinamizado y puesto en  acción por renovadas organizaciones y entidades de la Administración Pública.  Es, en consecuencia, a través de las reformas y procesos de cambio de la  institucionalidad administrativa, es decir, de nuevas culturas para la gestión  pública, que el Estado definido por la voluntad popular puede hacerse realidad.    

Los esfuerzos de cada gobierno  para promover el desarrollo y realizar los derechos ciudadanos señalados en los  planes de gobierno, permiten visualizar las estrategias establecidas para  aproximar nuestra realidad social y económica a las aspiraciones ciudadanas  definidas en la Carta Constitucional..    

En particular, el plan de  desarrollo “Cambio para construir la Paz” sustentado en una visión de Nación  en paz, interpreta el reto de la sociedad Colombiana al entrar el siglo XXI  que se propone la construcción de una senda de crecimiento sostenible  con cohesión social como modelo de desarrollo; este propósito se constituye  en el eje orientador de las acciones de la Administración Pública para generar  los cambios necesarios que ha gan posible el nuevo Estado y por tanto en eje  orientador de los procesos de formación y capacitación necesarios.    

Hasta ahora, los procesos de  redimensionamiento y redireccionamiento de la gestión del Estado, han centrado  su atención fundamentalmente en reformar sus Estructuras Administrativas y en  aspectos instrumentales; no obstante, los cambios que deben acometerse en el  aparato administrativo suponen procesos de mejoramiento de la capacidad de  construcción de formas organizacionales flexibles y culturas de aprendizaje que  remiten directamente a reconocer en los servidores públicos los actores  principales para hacer posibles dichos cambios.    

Existen en el ámbito de la  Administración Pública reconocimientos sobre el rol clave de los servidores  públicos en ese proceso. No basta solamente la reorganización de las  estructuras de las entidades en función de su flexibilidad y desjerarquizacion;  es condición necesaria un, manejo gerencial y una gestión efectiva del talento  humano al servicio del Estado, con miras a mejorar la capacidad de los  organismos de la Administración Publica de forma tal que posibilite dar  contenido real a las reformas organizacionales y finalmente, la realización de  los derechos ciudadanos a través de la prestación de los servicios públicos.    

En consecuencia, y con miras a  asegurar la efectividad administrativa esperada por los ciudadanos, las  entidades públicas deberán afianzar sus procesos de gestión del talento humano,  para garantizar que desde su vinculación y durante toda su vida activa en el  servicio público resistan el examen del mérito que habilita a los ciudadanos  para el servicio público.    

Dado que a través de los  procesos de selección, los cuales deben escoger a los mejores ciudadanos con  todas sus posibilidades de aportes con que la sociedad los ha dotado  (conocimientos, experiencia, actitudes, competencias, aspiraciones, valores,  etc.), es responsabilidad de las entidades ante la misma sociedad, mantener con  mérito a dichos ciudadanos, a través de acciones permanentes de formación y  capacitación, una vez los vincule, para que se generen impactos positivos en el  desempeño diario.    

El proceso de formación y  capacitación de los servidores públicos adquiere, entonces, particular  importancia, ya que sólo a través del mismo es posible garantizar la  actualización de sus conocimientos y el mejoramiento continuo de sus competencias,  ante las continuas exigencias que el entorno les hace para que puedan responder  efectivamente a los requerimientos de la sociedad, a las exigencias de  eficiencia en el servicio y en virtud también de sus necesidades de desarrollo  personal.    

En lo fundamental, la  contribución de los procesos de formación y capacitación deberá orientarse  hacia el mejoramiento de la capacidad de la organización para desarrollar sus  actividades y prestar más eficientemente los servicios públicos bajo su  responsabilidad. La capacidad de la organización supone capacidad de  aprendizaje colectivo para comprender el entorno y sus demandas de tal forma  que se garantice la supervivencia institucional y depende en gran medida del  desarrollo y fortalecimiento de las competencias laborales de los servidores  públicos.    

Los procesos de formación y  capacitación orientados a fortalecer las competencias de los servidores  públicos, se constituyen en una alternativa que replantea los enfoques de  capacitación tradicionalmente orientados a desarrollar habilidades y destrezas  en función de un cargo fijo y estático.    

Las competencias laborales se  entienden como la capacidad de producir en forma satisfactoria, fundamentada en  un saber comprensivo y en una actitud de servicio a la sociedad, los resultados  esperados y plenamente identificables del desempeño de una ocupación, entendida  esta como una agrupación de empleos, dentro del contexto propio de una entidad  pública y con un propósito de respaldo a su misión institucional y sectorial1. Los procesos  de formación y capacitación deberán orientarse a generar y fortalecer dichas  competencias en los servidores públicos.    

En este contexto se entenderá la  formación como el proceso encaminado a facilitar el desarrollo integral del  ser humano, potenciando actitudes, habilidades y conductas, en sus dimensiones:  ética, creativa, comunicativa, crítica, sensorial, emocional e intelectual y la  capacitación como el conjunto de procesos orientados a reforzar y  complementar la capacidad cognitiva y técnica de los servidores públicos;  procesos complementarios y necesarios para que la gestión pública se ajuste a  las necesidades de mejoramiento institucional y a las demandas de la sociedad.    

Los procesos de formación y  capacitación para el desarrollo de competencias a través de diferentes  modalidades (capacitación en el puesto, participación en proyectos especiales,  talleres, cursos, etc.), es una estrategia que las entidades podrán utilizar  para garantizar la empleabilidad2 del servidor, en momentos de cambio permanente del  contexto socioeconómico del país y de Reforma de la Administración Pública que  pueden suponer el desempeño en ambientes laborales diferentes.    

Viabilizar la empleabilidad de  los servidores públicos supone pensar, ante todo, en el desarrollo de competencias  transferibles, entendidas como aquellos comportamientos laborales propios del  desempeño en diferentes empleos pertenecientes a un área o a diferentes áreas  ocupacionales y que son necesarios no sólo para lograr un trabajo eficiente y  de calidad sino igualmente para poder adaptarse al ritmo de los cambios.    

El servidor público para el  Estado que queremos    

Acorde con el enfoque anterior,  las competencias deseables en todo servidor público para lograr el Estado que  queremos son las siguientes:    

• Conocimientos y habilidades  para adelantar de forma más innovadora la gestión estatal y recrear sus  capacidades en función del cambio organizacional y el rediseño de procesos.    

• Habilidades para detectar  nuevas demandas del entorno y canalizar propuestas de política que permitan  adaptar el servicio público a los requerimientos externos.    

• Capacidades para la toma de  decisiones en situaciones complejas frente a las cuales el servidor público  deberá proponer soluciones efectivas.    

• Capacidad para discernir los  problemas y propuestas, disentir pero con sentido crítico positivo y capacidad  de trabajar en equipo.    

• Valores éticos consonantes  con los intereses de lo público, para que actúe como mediador efectivo entre el  Estado y la sociedad y facilite la participación y la convivencia.    

Objetivo del Plan    

En el Plan Nacional de  Formación y Capacitación el Gobierno traza los lineamientos generales y define  las prioridades que deberán tener en cuenta las entidades en la elaboración de los  programas de formación y capacitación de sus servidores de manera que todos los  esfuerzos en estas áreas conduzcan armónica y coordinadamente a acercarnos al  servidor público que queremos, garantía del cumplimiento de las metas de  desarrollo y de la consolidación del Estado que se requiere con el fin de que  éste pueda servir con excelencia a la sociedad, mediante la satisfacción  calificada de sus necesidades.    

Marco normativo    

El Decreto ley 1567  de 1998 creo el Sistema Nacional de Capacitación definido en el artículo  segundo como: “ el conjunto coherente de políticas, planes, organismos,  escuelas de capacitación, dependencias y recursos organizados, con el propósito  común de generar en las entidades y en los empleados del Estado una mayor  capacidad de aprendizaje y de acción, en función de lograr la eficiencia de la  administración, actuando para ello de manera coordinada y con unidad de  criterios”.    

El Plan Nacional de Formación y  Capacitación es señalado como uno de los componentes del Sistema, en  consecuencia el primer elemento del marco normativo es el mismo Decreto 1567 de 1998,  los decretos reglamentarios de esta norma en concordancia con las leyes  generales de educación, de educación superior, así como con las normas sobre  organización y funcionamiento de la Administración Pública y sobre carrera  administrativa, lo cual remite a las Leyes 489 y 443 de 1998 o a las  normas que las adicionen o modifiquen.    

El Decreto 1567 de 1998  como norma expedida en desarrollo de la Ley 443 de 1998 se  inscribe dentro de los propósitos de fortalecer la capacidad de los servidores  públicos y proporcionar a estos, a través de la capacitación los elementos que  permitan dinamizar la carrera administrativa y lograr el mejoramiento de la  Administración Pública, objetivo para el cual el Plan Nacional de Formación y  Capacitación se convierte en uno de sus principales instrumentos.    

De igual forma el Plan Nacional  de Formación y Capacitación se constituye en fundamento del sistema de  desarrollo administrativo creado por la Ley 489 de 1998, norma  actualmente vigente sobre organización y funcionamiento de la Administración  Pública, sistema orientado a fortalecer la capacidad administrativa y el  desempeño institucional.    

En cumplimiento de lo  establecido en las normas citadas este Plan debe ser formulado y actualizado  por el Departamento Administrativo de la Función Pública, en coordinación con  la Escuela Superior de Administración Pública y contener la política en la  materia, señalar las prioridades que deben atender las entidades públicas y  establecer los mecanismos de coordinación, de cooperación, de asesoría, de  seguimiento y de control.    

CAPITULO 2    

Lineamientos de política y  estrategias    

Los lineamientos de política y  las estrategias que se precisan a continuación, constituyen el marco para que  los organismos y entidades de la Administración Pública Nacional formulen sus  Programas de Formación y Capacitación; tienen como referentes directos el Plan  Nacional de Desarrollo y el Sistema de Desarrollo Administrativo3, con lo  cual se promueve la armonía, coherencia y sinergia dentro del quehacer  administrativo público. Teniendo presente que debe actuar y modificarse dentro  de un sistema permanente, trascendiendo la temporalidad del Plan Nacional de  Desarrollo.    

La formulación y ejecución de  los programas específicos de formación y capacitación deben consultar,  necesariamente, los requerimientos de los planes indicativos y operativos del  sector administrativo respectivo y de cada entidad; las normas vigentes en  materia de formación y capacitación y las características deseables del servidor  público definidas en el capítulo anterior.    

1. Una gestión pública  eficiente y eficaz    

Esta línea deriva de la  aplicación de los principios que rigen la función administrativa, en  particular, los relacionados con la buena fe, celeridad, economía, eficiencia y  eficacia; apoya la búsqueda de la racionalidad en el uso de los recursos  públicos y el cumplimiento de las finalidades sociales de cada entidad y de la  administración en general.    

Lo anterior, requiere formar y  capacitar servidores públicos competentes y comprometidos con la gestión  pública orientada a resultados, con el mejoramiento d e las relaciones  Estado‑ciudadano y con la calidad en la prestación del servicio;  dispuestos a agilizar los procesos, trámites y procedimientos, a  reconocer la importancia de la información para la toma de decisiones y a  introducir mecanismos que promuevan la responsabilidad y el autocontrol en  el ejercicio público.    

Estrategia: mejoramiento de  competencias laborales    

Enfasis: un servidor público  competente y comprometido con una gestión pública eficiente.    

Desde esta estrategia se deben  desarrollar acciones de formación y capacitación dirigidas al logro de los  objetivos y metas previstos en los planes indicativos y operativos de cada  entidad y de los planes de desarrollo administrativo, logro que está  condicionado por las competencias personales de quienes conforman la  organización.    

El que las personas posean las  competencias requeridas por la entidad, es de vital importancia, pues sobre  éstas reposa la capacidad organizacional para cumplir con eficiencia, eficacia  y calidad su cometido social o administrativo. Ello implica la necesidad de  alinear el desarrollo de las competencias personales con los requerimientos  organizacionales.    

Las acciones de formación y  capacitación por competencias pueden inscribirse en tres niveles: competencias  corporativas, las que debe poseer todo el personal para desempeñarse de  acuerdo con la misión de la entidad; competencias de rol, las exigidas  por el nivel jerárquico del empleo y; competencias de posición, que  corresponden a las exigencias específicas de las áreas de trabajo o de los  procesos o proyectos que se adelantan.    

La gestión pública eficiente  demanda, además, el fortalecimiento de los conocimientos, las habilidades y las  actitudes de los servidores públicos para que contribuyan efectivamente en las  acciones dirigidas a:    

• Desarrollar competencias para  el manejo integral de un proyecto o producto.    

• Racionalizar trámites,  métodos y procedimientos de trabajo.    

• Fortalecer los sistemas de  información para la toma de decisiones e    

• Implantar adecuados  mecanismos de control interno.    

• Mejorar la calidad del  servicio al cliente.    

2. Una gestión pública  transparente    

En el ejercicio de la función pública  y en particular en la relación entre los ciudadanos y las personas al servicio  del Estado, se puede generar la corrupción cuando, en beneficio propio, se  ignoran o traicionan los principios de igualdad, moralidad, imparcialidad,  publicidad, responsabilidad y transparencia que deben regir en la función  administrativa, a través de la cual se satisface el interés general.    

Para prevenir este desvío de la  conducta del servidor público es necesario adelantar acciones dirigidas al  fortalecimiento de los valores éticos en el servicio público, abrir espacios  para el control social e implementar mecanismos de eficiencia y transparencia4. El reto es  buscar formas vinculantes entre la realidad personal y el contexto  organizacional, para proyectar individual y colectivamente una cultura en la  que los valores y la moral sean los elementos de universalidad para el logro de  los fines personales y de la entidad y de una ciudadanía que reclama  transparencia y legitimidad.    

Estrategia: servidores íntegros    

Enfasis: un servidor público  íntegro que entiende y armoniza los intereses generales y privados o  particulares, preservando el bien común como fin último de sus acciones.    

La estrategia busca desarrollar  valores y conductas éticas deseables dentro del servicio público por medio de  procesos pedagógicos que estimulen el conocimiento, la reflexión e  interiorización de tales valores y conductas; estimular el desarrollo de  habilidades y actitudes favorables al cumplimiento de los principios que  orientan el servicio público y promover la autorregulación individual y  colectiva.    

Bajo, esta estrategia, las  acciones de formación y capacitación tenderán a:    

• Ofrecer, desde la alta  dirección, patrones de conducta que contribuyan a disminuir la  institucionalización de prácticas corruptas.    

• Desarrollar valores y  conductas éticas ajustadas a los principios del servicio público, con énfasis  en la autorregulación individual y colectiva.    

• Comprometer a los servidores  en un diálogo crítico y creativo que derive en la construcción de valores y  normas en defensa del bien público.    

• Abrir espacios para  identificar incentivos y controles en pro de una gestión pública abierta,  transparente y equitativa.    

3. Una gestión pública  democrática y participativa    

La democratización tiene como  finalidad la intervención ciudadana en la definición y ejecución de las  políticas públicas y la búsqueda de la equidad económica y social. Esto quiere  decir, abrir y promover múltiples y diversos espacios para hacer efectivo el  principio de participación que rige la función administrativa.    

Propiciar la participación  ciudadana en la gestión es una nueva exigencia que deben enfrentar los  administradores de lo público, este es un proceso complejo en la medida en que  se refiere a relaciones e interacciones entre diferentes grupos sociales, con  intereses diversos y contradictorios.    

Las estrategias y acciones de  formación y capacitación dentro de esta línea deben buscar que el servidor  público se apropie de las orientaciones de un estado democrático y  participativo, para que desde su espacio laboral facilite la intervención  ciudadana en la toma de decisiones referida a la planeación, ejecución,  evaluación y control integral de la gestión pública.    

Estrategia: participación  ciudadana    

Enfasis: un servidor que  reconoce al ciudadano como el verdadero dueño de lo público y actúa en  consecuencia.    

Esta estrategia reconoce que el  fortalecimiento de la democracia participativa es propósito del Gobierno  Nacional. Con ella se busca que los ciudadanos y en especial los servidores  públicos asimilen los conceptos de democratización y democracia participativa  requeridos por el Estado colombiano. Tal asimilación debe dar como resultado la  formación de actitudes y la adopción de comportamientos que promuevan el  reconocimiento del ciudadano como el verdadero dueño de lo público.    

Para lograr este propósito se  debe evaluar la información, conocimientos, actitudes, aptitudes y conductas de  los servidores públicos respecto de las instancias, mecanismos y derechos para  el ejercicio de la participación ciudadana, y adelantar acciones de formación y  capacitación favorables a la democratización de la Administración Pública.    

En particular, el servidor  público debe prepararse para facilitar y promover el ejercicio del control  social a la gestión pública y conocer de las propuestas contenidas en el  documento de política pública que será diseñado y promovido por el Departamento  Administrativo de la Función Pública con el apoyo de la Escuela Superior de  Administración Pública.    

El servidor público debe ser  consciente de la importancia de ser buen ciudadano, es decir debe  caracterizarse también por su interés en a poyar y asumir actitudes positivas  de respeto, tolerancia y solidaridad frente a la problemática que afecta a la  sociedad colombiana.    

Las acciones formadoras deben  considerar que se requiere buenos servidores con capacidad para reconocerse así  mismo como ciudadano, lo que le implica reconocerse como sujeto de derechos y  de deberes frente al Estado, desarrollar una identidad nacional, y ser sensible  ante el hecho de que los usuarios de sus servicios, también son sujetos de  derechos.    

CAPITULO 3    

Programas de formación y  capacitación    

Programas generales    

La formación y capacitación de  apoyo a la alta gerencia de la Administración Pública en el orden Nacional, los  seminarios de inducción a la Administración Pública para gobernadores y  alcaldes secretarios electos, así como los seminarios dirigidos a secretarios  generales, asistentes, asesores y jefes de división jurídica, administrativa,  presupuestal, de tesorería o sus similares de ministerios, departamentos  administrativos, superintendencias y entidades autónomas o descentralizadas de  cualquier nivel, ordenados por la Ley 489 de 1998 y  organizados por la Escuela de Alto Gobierno, serán parte integral de este Plan  y se armonizarán con los propósitos del mismo.    

Para tal fin, la Escuela  Superior de Administración Pública desarrollará sus contenidos y metodologías  en coordinación con el Departamento Administrativo de la Función Pública.    

La ESAP, como escuela de  capacitación de los servidores públicos, a través de sus diversos servicios y sedes  territoriales, estructurará y desarrollará otros programas de carácter general  dentro de las líneas de política y estrategias señaladas en el Plan Nacional de  Formación y Capacitación, de forma que las entidades cuenten con oferta  calificada para la realización de sus programas.    

Se hace especial mención a la  competencia que tiene la ESAP para diseñar los contenidos básicos de los  programas de inducción y de reinducción al servicio público, bajo las  orientaciones del DAFP.    

Programas específicos de las entidades    

Las líneas de política y las  estrategias ya definidas constituyen el marco general dentro del cual las  entidades y organismos de la Administración Pública formularán sus programas  específicos de formación y capacitación.    

Para ello tendrán en cuenta,  además, los siguientes aspectos previstos en la normatividad vigente y en los  fundamentos técnicos en materia de capacitación.    

Aspectos básicos    

• Formulación anual: es  necesario garantizar la armonización temporal, en tanto que la capacitación y el  desarrollo del talento humano se convierten en actividades estratégicas  esenciales, directamente ligadas al logro de los objetivos y metas previstos en  los planes operativos anuales de las entidades y organismos.    

• Concordancia con políticas  y estrategias del Plan Nacional de Formación y Capacitación: ello garantiza  que la Administración Pública en su conjunto se movilice hacia la obtención de  los cometidos y propósitos comunes.    

• Observancia de los principios  de la capacitación, definidos en el artículo 6° del Decreto 1567 de 1998.    

• Concordancia con la planeación  de la entidad: de forma que las previsiones, tanto de los pl anes indicativos y  operativos como de los planes de desarrollo administrativo sean considerados en  su dimensión orientadora.    

• Participación de la Comisión  de Personal: instancia que al interior de las entidades apoya los procesos  de administración y gestión del talento humano, y que en materia de  capacitación tiene asignadas responsabilidades en cuanto a: elaboración de los  programas, vigilancia en su ejecución y evaluación del impacto.    

Aspectos procedimentales    

Diagnóstico de necesidades: es la fase del proceso de gestión de la formación y  capacitación destinada a identificar, mediante el uso de diversos instrumentos,  las áreas en y temas sobre los cuales se requiere capacitar a los servidores  durante un tiempo determinado para el cumplimiento de la misión institucional.    

La información requerida para  identificar las necesidades de formación y capacitación puede derivarse de la  revisión y análisis de:    

• Requerimientos de formación y  capacitación derivados del análisis de la misión, objetivos de la entidad y del  rol ocupacional de los servidores.    

• Areas críticas y debilidades  de la entidad o de los proyectos y resultados que deben generarse en  cumplimiento del plan operativo anual de la misma.    

• Los resultados de la  evaluación de los programas de formación y capacitación adelantados, por lo  menos, en los dos últimos años.    

• Los resultados de la  evaluación del desempeño individual.    

• Los resultados de la  evaluación del desempeño de las dependencias y de la entidad en su conjunto.    

• El análisis de los procesos y  procedimientos de trabajo.    

Definición de acciones de formación y capacitación: se refiere al momento en el  cual se organizan y estructuran las diferentes soluciones de formación y  capacitación alrededor de propuestas para el mejoramiento de la capacidad organizacional  en un tiempo determinado: corto, mediano y largo plazo.    

Conviene destacar acá, el  principio de continuidad para las acciones dirigidas a la formación ética y a  producir cambio de actitudes, las cuales requieren atención permanente pues sus  resultados se obtienen en el largo plazo.    

Para definir el programa y sus  componentes se tendrá en cuenta:    

• Areas temáticas.    

• Objetivos.    

• Población a la cual se  dirige.    

• Metodología.    

• Duración.    

• Recursos.    

• Inversión aproximada.    

Es necesario hacer referencia  específica a los recursos previstos en el propuesto con los que cuenta  la entidad para llevar a cabo las acciones de formación y capacitación, así  como con sus propios medios físicos y humanos, los cuales deben ser administrados  bajo los principios de eficiencia y transparencia. En aras de coadyuvar a este  propósito, el Departamento Administrativo de la Función Pública apoyará la  búsqueda de mecanismos de coordinación y de cooperación interinstitucional.    

Desarrollo del programa: corresponde al adelantamiento de las acciones previstas  dentro del programa anual y a los mecanismos complementarios dirigidos a  evaluar los resultados y el impacto de las actividades de formación y  capacitación.    

A este propósito concurren el seguimiento  y la evaluación. El primero, es un proceso sistemático y periódico dirigido  a medir la cobertura del programa y el grado en que se llega a la población  objetivo, así como verificar los procesos que se desarrollan con el fin de  introducir cambios en el programa durante su ejecución. La evaluación debe  ocuparse fundamentalmente de los resultados del proceso, es decir, examinar  cómo han variado las actitudes, el aprendizaje, el comportamiento y el  desempeño individual y de cuál ha sido el impacto en el mejoramiento  organizacional.    

Como aspectos centrales de esta  fase se destacan:    

• Ejecución de acciones  específicas.    

• Seguimiento o acompañamiento  a la ejecución de las acciones, orientado a introducir los ajustes requeridos.    

• Control o verificación por  parte de agentes externos al proceso tales como: la Comisión de Personal y la  instancia de Control Interno.    

• Evaluación o revisión final  para establecer los resultados, el efecto y el impacto de las acciones de  capacitación.    

Elaboración y presentación de informes  de gestión en materia de capacitación: las entidades, con el concurso de  sus respectivas comisiones de personal, están en la obligación de preparar y  rendir informe de la gestión de la capacitación tanto a sus instancias internas  como al Departamento Administrativo de la Función Pública y a la Escuela  Superior de Administración Pública, cuando estas lo soliciten. Tales informes  se constituyen en instrumentos que entregan información relevante para conocer  de los avances en materia de capacitación dentro de la Administración Pública y  para reorientar futuros planes y programas.    

Areas  tematicas prioritarias    

Estado y servicio público    

La comprensión del Estado y su  razón de ser son elementos esenciales para que el servidor público identifique  el nuevo ordenamiento social que rige al país y que señala un nuevo tipo de  relaciones entre los ciudadanos y entre éstos con el Estado; relaciones basadas  en un conjunto de derechos que han sido construidos históricamente por la  sociedad y que representan el nivel de madurez que como ser humano ha logrado  el hombre. Para ello, deben desarrollarse programas cuyos contenidos conduzcan  a:    

• La comprensión del Estado  y, como parte integral de éste, la comprensión de la Administración  Pública, su estructura, los objetivos y servicios que presta cada uno de  los organismos y entidades que la componen y las normas que rigen su  funcionamiento, dentro de la dinámica de transformación y cambio.    

• El sentido de lo público como  lo que es de todos y que es administrado por los organismos Estatales, como  otro saber que deben dominar los servidores públicos y que debe conducir a una  actitud de servicio en función de los intereses de la sociedad.    

• El dominio de conocimientos  y habilidades que faciliten la participación ciudadana en la gestión.    

• Un proceso de formación  ética que oriente la conducta y la actitud de los servidores públicos.    

Gestión integral y mejoramiento  de procesos    

El servidor público debe  propiciar una cultura de gestión que supere el paradigma burocrático basado en  el formalismo, la rigidez, la fragmentación y subordinación para la toma de  decisiones y que posibil ite la adaptación al cambio y el mejoramiento  permanente de los procesos y de los servicios que presta la entidad; en esta  vía deberán emprenderse acciones de formación y de capacitación orientadas a:    

• Prepararlos para asumir un comportamiento  gerencial. Es decir ser aptos para analizar y valorar el servicio que  ofrecen, adecuar sus estrategias y acciones a las demandas del entorno, ser  comprensivos y capaces de escuchar y diagnosticar los problemas con antelación  y gerenciar sus propios proyectos. Para esto se desarrollará en los servidores  públicos habilidades para planear su trabajo, organizar y administrar  eficientemente los recursos públicos, adelantar el control integral de sus  responsabilidades y proponer alternativas de solución para afrontar los cambios  que se presenten.    

Con personas que aprenden  permanentemente, como consecuencia del aprendizaje organizacional, y que viven  en contacto estrecho con la realidad que les rodea, la entidad podrá mejorar  sus condiciones para responder efectivamente a las demandas ciudadanas.    

• Formar servidores para  ejercer liderazgo, pues un nuevo reto para los servidores públicos  responsables de la conducción de grupos o equipos de trabajo, es la de  propender por nuevas formas en la dinámica organizacional, de manera que se  trasformen las relaciones y prácticas cotidianas entre los directivos y los  ejecutores. Con estilos de liderazgo apropiados se puede incidir en los niveles  de productividad y competitividad de la entidad, en el fortalecimiento del  Estado y el mejoramiento de sus relaciones con la sociedad civil.    

Deben conocerse los hábitos que  contribuyen a formar un líder con suficientes garantías: ser proactivo, conocer  el objetivo y meta del colectivo, saber jerarquizar, crear situaciones de  ganancia mutua, entender para ser entendido, cooperar para lograr sinergia,  comprender las dimensiones físicas, emocionales, mentales y sociales de cada  individuo.    

• Prepararlos para el trabajo  en equipo, lo que implica que el servidor sea capaz de someter a crítica  constructiva los supuestos propios y los ajenos; tener capacidad para construir  metas colectivamente y comprometerse en forma efectiva con la búsqueda de las  mismas.    

• Desarrollar conocimientos  y habilitarlos para el análisis y mejoramiento de procesos administrativos  y técnicos, lo cual exige el conocer la organización, manejar técnicas y  metodologías que permitan identificar deficiencias en la prestación de los  servicios y proponer alternativas de mejoramiento.    

• Fortalecer competencias  laborales específicas de manera que el servidor logre altos niveles de  eficiencia en el desempeño de su función y a la vez se capacite para asumir  nuevas responsabilidades y para ampliar el ámbito de su especialización  hacia otros espacios laborales.    

Etica pública    

Para el ejercicio democrático  de su servicio, el trabajador estatal debe tener clara conciencia de su  responsabilidad con lo público, identificando el bienestar colectivo como la  racionalidad que debe servir de base para sus actuaciones; de tal modo que  incorpore en sus valores y sentimientos propios el sentido de la  responsabilidad y la transparencia como un bien propio. En este plano media la  ética y el nivel de desarrollo moral de los individuos que hacen parte del  servicio público. En razón de lo cual la formación deberá dirigirse a:    

• Redescubrir y afianzar  valores comunes para el desempeño en el servicio público, tales como el  respeto por lo público; la responsabilidad por las acciones, los servicios y  los recursos a su cargo; la equidad en la toma de decisiones; la solidaridad  con los ciudadanos y con los empleados públicos.    

• Construir colectivamente una cultura  organiza cional basada en un código de ética que contenga los valores que  la entidad considere necesarios para lograr la eficiencia y la calidad en la  prestación del servicio.    

CAPITULO 4    

Implementación del Plan  Nacional de Formación y Capacitación    

SOPORTE INSTITUCIONAL Y  MECANISMOS DE COORDINACION, 

  COOPERACION, ASESORIA, Y SEGUIMIENTO Y CONTROL    

El Plan Nacional de Formación y  Capacitación para su implementación tendrá responsabilidades compartidas entre  una oferta institucional de organismos públicos con responsabilidades y  competencias específicas para apoyar el desarrollo de las acciones de formación  y capacitación dentro de las líneas de política y las estrategias que aquí se  formulan; y los sectores de desarrollo administrativo y las entidades públicas  como ejecutores del plan.    

La implementación comprenderá  la gestión integral del Plan desde su formulación hasta su evaluación y ajuste,  lo cual supone un proceso permanente de coordinación interinstitucional.    

Con el fin de garantizar el  adecuado desarrollo y ejecución de las acciones y actividades formuladas en  virtud del presente Plan de Formación y Capacitación, se cuenta con los  siguientes organismos y entidades y se establecen los siguientes mecanismos de  coordinación, cooperación, asesoría, y de seguimiento y control.    

ORGANISMOS Y ENTIDADES    

Departamento Administrativo de  la Función Pública    

Es el organismo rector en  materia de gestión y desarrollo del talento humano al servicio del Estado, al  cual, en virtud de lo dispuesto en el Decreto ley 1567  de 1998 y en la Ley 489 del mismo año, le corresponde formular el Plan  Nacional de Formación y Capacitación, en coordinación con la Escuela Superior  de Administración Pública, actualizarlo y coordinar su ejecución.    

Escuela Superior de  Administración Pública    

Establecimiento público de  educación superior, cuyo objetivo fundamental es la formación de profesionales  en Administración Pública, al cual en razón de su misión, en lo relacionado con  la formación y capacitación de los servidores públicos le corresponde  participar en la elaboración, actualización y seguimiento del Plan Nacional de  Formación y Capacitación. Igualmente, diseñar el currículo básico de programas  de inducción y reinducción, definidos por el Decreto 1567 de 1998.    

Según lo establece el artículo  31 de la Ley 489 de 1998 la Escuela  de Alto Gobierno se constituye como programa permanente y sistemático  desarrollado por la Escuela Superior de Administración Pública, en coordinación  con el Departamento Administrativo de la Función Pública, cuyo objeto es  impartir la inducción y prestar apoyo a la alta gerencia de la Administración  Pública.    

Este programa es el responsable  de desarrollar programas de inducción a la Administración Pública para  gobernadores y alcaldes electos así como para directivos y funcionarios del  área de apoyo administrativo de las entidades de cualquier orden.    

Los contenidos de estos  programas deberán responder a los lineamientos y objetivos propuestos por el  Plan Nacional de Formación y Capacitación.    

Red Interinstitucional de Apoyo  a la formación y a la capacitación para el sector público    

La Red es una alianza  estratégica interinstitucional, entre entidades y escuelas de formación y  capacitación, que propende por la eficiencia y la eficacia de la gestión de  programas propios del área, dirigidos a los funcionarios d el Estado en todas  las Ramas del Poder Público y en todos sus niveles, a través de la conjunción  de esfuerzos y voluntades, que permitan una total y permanente cooperación y  apoyo entre sus miembros, reflejando así, la unidad de cuerpo como principio  vital de la Administración Pública, en procura de la generación del bienestar  de la sociedad.    

Escuelas Públicas de Formación  y Capacitación    

Entendidas como aquellas  dependencias de organismos públicos organizadas para impartir de manera  permanente formación y capacitación, a través de actividades docentes y  académicas (Ver anexo No. 1).    

Deben propender por actuar  integradamente para el mejor aprovechamiento de los recursos, diseñar  conjuntamente programas de formación y capacitación, incentivar la  investigación en temas propios de la función pública y desarrollar fortalezas  pedagógicas.    

Entidades públicas y sectores  de desarrollo administrativo    

Cada entidad tiene el deber de  ejecutar internamente las políticas impartidas por el Gobierno Nacional,  formular los programas específicos y participar en programas conjuntos con  otros organismos para optimizar el uso de los recursos.    

Los comités sectoriales de  desarrollo administrativo velarán  porque los programas de formación y capacitación de las entidades del sector  respondan tanto a los objetivos sectoriales como a las orientaciones del Plan  Nacional de Formación y Capacitación y armonicen con los planes de desarrollo  administrativo.    

MECANISMOS PARA EL DESARROLLO DEL PLAN    

Coordinación    

Corresponde al Departamento  Administrativo de la Función Pública, como organismo rector en la materia,  establecer y ejecutar líneas de coordinación entre los distintos organismos y  entidades que conforman el Sistema Nacional de Capacitación, con el fin de que  se maximicen los resultados obtenidos de las acciones que se adelanten por  parte de cada entidad, se racionalice la utilización de los recursos, se aúnen  esfuerzos y se evite la duplicidad de acciones, de tal forma que se alcancen  los postulados y objetivos del presente plan.    

Cooperación    

El Departamento Administrativo  de la Función Pública, con la estrecha colaboración de la Escuela Superior de  Administración Pública, identificará organismos y entidades, tanto públicas  como privadas, nacionales e internacionales, que puedan concurrir con  programas, recursos o financiación, que hagan viable la ejecución de los  programas de formación y capacitación que se formulen en desarrollo de este  Plan.    

Asesoría    

Corresponde al Departamento  Administrativo de la Función Pública y a la Escuela Superior de Administración  Pública, prestar asesoría y asistencia técnica a los organismos y entidades que  conforman el Sistema Nacional de Capacitación, en el diseño, formulación,  ejecución, seguimiento y evaluación de sus programas específicos de formación y  capacitación.    

Dentro de sus competencias, el  DAFP podrá revisar los programas de formación y capacitación que formulen las  entidades con el fin de plantear los ajustes y recomendaciones que considere  pertinentes.    

Seguimiento y Control    

El Departamento Administrativo  de la Función Pública y la Escuela Superior de Administración Pública diseñarán  mecanismos y adelantarán actividades dirigidas a establecer cuál ha sido el  desarrollo del Plan y a determinar sus resultados, efectos e impacto, de  acuerdo con las responsabilidades que le competen a cada uno de los organismos  y entidades que conforman el Sistema Nacional de Capacitación.    

En el evento de encontrar  situaciones que impidan u obstaculicen el desarrollo del Plan, adoptará e  implementará los mecanismos y acciones necesarios para subsanar tales  situaciones.    

De igual forma los Comités  Sectoriales de Desarrollo Administrativo harán seguimiento a los programas  de formación y capacitación de las entidades que conforman el sector con el fin  de evaluar el grado de cumplimiento de las orientaciones señaladas en el Plan  Nacional, analizar su impacto en el mejoramiento del sector y proponer ajustes  al Plan Nacional.    

En cada entidad y dentro del  cumplimiento de sus funciones las oficinas de control interno participarán  activamente en el seguimiento a los programas de formación y capacitación para  asegurar su cumplimiento dentro de los parámetros aquí señalados. De igual  forma las comisiones de personal participarán en seguimiento y  evaluación de dichos programas.    

ANEXO 1    

ENTIDADES Y ESCUELAS DE  FORMACION Y CAPACITACION    

VINCULADAS A LA RED  INTERINSTITUCIONAL    

1. Centro de Estudios  Aeronáuticos.    

2. Escuela de Capacitación  Contraloría de Santa Fe de Bogotá.    

3. Oficina de Relaciones  Interinstitucionales y Capacitación Fiscal, Oricf.    

4. Academia Superior de  Inteligencia y Seguridad Pública, DAS.    

5. Escuela Superior de  Administración Pública, ESAP.    

6. Coordinación de Educación  Abierta No Formal.    

7. Instituto Colombiano de  Electrónica y Comunicación, ITEC.    

8. Escuela Criminal y  Criminalística.    

9. Oficina de Investigación y  Percepción Remota.    

10. Escuela de Auxiliares de  Enfermería del Hospital Militar Central.    

11. Instituto Colombiano de la  Participación Ciudadana “Jorge Eliécer Gaitán”.    

12. Instituto para el  Desarrollo de la Democracia Luis Carlos Galán.    

13. Escuela de Capacitación  Superbancaria.    

14. Grupo de Formación  Comunitaria.    

15. Dirección Escuela Judicial  Lara Bonilla.    

16. Centro de Educación en  Administración de la Salud, CEADS.    

17. Academia Diplomática de San  Carlos.    

18. Servicio Nacional de  Aprendizaje, SENA.    

19. Dirección Escuela Nacional  de Policía General Santander.    

20. Universidad Pedagógica  Nacional.    

21. Instituto de Estudios del  Ministerio Público.    

22. Oficina Nacional de  Servicio de Desarrollo Humano, DIAN.    

ANEXO 2    

GLOSARIO    

Aprendizaje: es un proceso continuo que dura toda la vida. Es un  cambio relativamente permanente, o una serie de cambios en el comportamiento,  que ocurren como resultado de prácticas previas o de experiencias en  situaciones similares o análogas.    

Autorregulación: proceso dinámico al interior de una organización en donde  los miembros esperan, unos de otros, asumir una responsabilidad rigurosa, pero  exclusiva de sus propias decisiones, regulando su propia conducta.    

Coordinación: mecanismo orientado a garantizar la armonía en el  ejercicio de funciones o en el desarrollo de las actividades propias de un  determinado proceso. Supone la existencia de diferentes instancias que deben  articularse para lograr determinados fines y cometidos.    

Cultura organizacional: formas de conducta aprendidas y compartidas por los  miembros de una organización que constituyen su principal instrumento de adaptación,  y que se consideran válidas o como el modo correcto de percibir, pensar, sentir  y actuar para el cumplimiento de sus finalidades sociales.    

Democracia: es una orientación que exige reconocer que no se es dueño  de la verdad, y que el otro es tan legítimo como uno mismo. Exige la reflexión  y la aceptación del otro, y, ante todo, de que las diferentes ideologías  políticas representan distintos puntos de vista en la construcción de la  convivencia ciudadana.    

Desarrollo económico y social: consiste en aquellas acciones que los países hacen para  reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida por medio del crecimiento  sustentable y la inversión en capital humano, esto último, significa proveer  servicios sociales básicos de alcance universal y calidad adecuada: educación,  salud, nutrición, paz, entre otras.    

Desarrollo humano: proceso conducente a la ampliación de las opciones de que  disponen las personas; las opciones básicas y universales son: poder tener una  vida larga y saludable, poder adquirir conocimiento y poder tener acceso a los  recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida decoroso. Otras  opciones, preciadas por muchos, van desde la libertad política, económica y  social, hasta las oportunidades de ser creativos y productivos y de disfrutar  de autorrespeto personal y de derechos humanos garantizados.    

Etica: parte de la filosofía que estudia los principios que  rigen el obrar del hombre. Se ocupa de los valores morales y de la  conciencia que queda asociada a la responsabilidad del hombre por sus acciones.  La moral representa un conjunto de actos repetidos, tradicionales, consagrados,  mientras que la ética se refiere a un conjunto de actitudes que va más allá de  esos actos.    

Etica organizacional: debe ser entendida como la búsqueda de consensos dentro y  fuera del mundo organizacional. Es a la vez un conjunto de principios que  pueden explicar el papel de la organización dentro del orden social y  determinan su legitimidad. La ética organizacional implica que las decisiones  tomadas en una entidad parten del consenso de todos los intereses involucrados.    

Inducción: proceso dirigido a facilitar y fortalecer la integración  del nuevo servidor a la cultura organizacional, a desarrollar habilidades gerenciale  s y de servicio público y a suministrar la información necesaria para el mejor  conocimiento de la función pública y de la entidad.    

Mejoramiento continuo: procesos permanentes adelantados por las entidades para  evaluar políticas, programas, procedimientos, resultados, condiciones internas  y externas para introducir, de manera periódica, cambios organizacionales.    

Metodología: conjunto de acciones secuenciales que orientan el desarrollo  de un determinado programa o proceso y que se apoya en instrumentos para  facilitar la consecución de los objetivos propuestos.    

Modernización de la  Administración Pública: proceso de  transformación que implica introducir técnicas modernas de gestión, cambiar los  procesos administrativos, aplicar las nuevas tecnologías de la información y  adoptar nuevos estilos de trabajo para la construcción del Estado deseado.  Demanda de los servidores públicos competencias especiales, distintas de las  adquiridas por la mera experiencia acumulada.    

Política pública: conjunto de decisiones de Estado o de gobierno que  responden a una problemática social y que se concretan en programas de acción  dirigidos a un sector de la sociedad o a un espacio geográfico específico, por  ejemplo: seguridad, salud, trabajadores inmigrantes, la ciudad de Bogotá, el  océano pacífico. Los elementos centrales de la política pública son: enunciado,  expresión en planes y programas, instrumentos coercitivos (norma), escenario  social, presupuesto y voluntad de los ejecutores.    

Reinducción: es reorientar la integración del empleado a la cultura  organizacional en virtud de los cambios producidos en cualquiera de los asuntos  a los cuales se refieren sus objetivos. Los programas de reinducción se impartirán  a todos los empleados por lo menos cada dos años o antes, en el momento en que  se produzcan dichos cambios, e incluirán obligatoriamente un proceso de  actualización de las normas sobre inhabilidades e incompatibilidades y de las  que regulan la moral administrativa.    

Sistema de Desarrollo  Administrativo: conjunto de políticas,  estrategias, metodologías, técnicas y mecanismos de carácter administrativo y  organizacional para la gestión y manejo de los recursos humanos, técnicos,  materiales, físicos y financieros de las entidades de la Administración  Pública, orientado a fortalecer la capacidad administrativa y el desempeño  institucional.    

Sistema Nacional de  Capacitación: conjunto de políticas, planes,  disposiciones legales, organismos, escuelas de capacitación, dependencias y  recursos organizados, con el propósito común de generar en las entidades y en  los empleados del Estado una mayor capacidad de aprendizaje y de acción, en  función de lograr la eficiencia y la eficacia de la administración.    

Tolerancia: es la aceptación del otro en la diferencia. Significa el  reconocimiento del otro no solo reconociendo su derecho a vivir y pensar, sino  reconociéndolo como hombre en esa diferencia de sentir, pensar, gustar y obrar.  La tolerancia potencia la capacidad de convivencia y de crecimiento mutuo.    

Valores: son conductas o normas, individuales o colectivas,  consideradas como deseables, es decir, son cualidades de todos los seres  humanos para acondicionar el mundo de nuestras vidas y poder vivirlas en  cualquier lugar.    

INTRODUCCION    

El Departamento Administrativo  de la Función Pública con el firme propósito de alcanzar su cometido como ente  gestor de las políticas generales de administración pública y en particular con  las concernientes al área de gestión del talento humano, además de su interés  por responder a las expectativas de las entidades en lo que les compete dentro  del ámbito de la formación y capacitación de sus servidores, a través de su  Dirección de Políticas de Administración Pública, y en coordinación con la  Escuela Superior de Administración Pública, entrega a las entidades el presente  Plan Nacional de Formación y Capacitación.    

En el Plan se concibe la  formación como el proceso a través del cual se facilita el desarrollo integral  del ser humano, buscando potenciar sus actitudes, habilidades y conductas, con  particular énfasis en los aspectos: éticos, creativos, comunicativos,  sensoriales, emocionales e intelectuales, y la capacitación como todos aquellos  procesos con los cuales se busca fortalecer la capacidad de conocimiento  científico y tecnológico de los servidores públicos.    

El presente documento,  partiendo de la anterior concepción de la formación y la capacitación, contiene  la formulación de la política que las entidades deben tener en cuenta para  orientar sus programas de formación y capacitación, como alternativa para dar  respuesta a la problemática propia, tanto de la gestión de la formación y  capacitación del servidor público, como de aquellos aspectos que inciden de  manera negativa en el ejercicio de sus labores. Esta política está orientada  hacia la búsqueda de una gestión pública eficiente y eficaz, transparente, y un  Estado democrático y participativo.    

El Plan consta de cuatro  capítulos: en el primero se presenta el marco conceptual y normativo; en el  segundo se exponen las líneas de política y estrategias que orientan la  formulación de los programas específicos; en el tercero se hace referencia a  los programas generales y específicos y se proponen las áreas temáticas  consideradas prioritarias para el logro de los objetivos del Plan. El capítulo  final se dedica a la implementación del Plan, destacando los organismos y  entidades con responsabilidades y competencias en el tema y los mecanismos de  coordinación, cooperación, asesoría, seguimiento y control.    

El Director Políticas de  Administración Pública,    

Gilberto Giraldo Buitrago.    

               

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